jueves, enero 05, 2006

V. EL BAUTISMO DEL SEÑOR

Domingo – 8 de Enero


MONICIÓN DE ENTRADA

La liturgia nos invita hoy a celebrar el Bautismo de Jesús y actualizar en nosotros aquellas palabras de Dios referidas a Jesús: “Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”.

Como cristianos, nuestra tarea es oír y mirar a Jesús, porque es la imagen y la voz de Dios, que nos abre horizontes que nunca podíamos soñar. Que esta celebración nos ayude a ser fieles al Bautismo que un día recibimos.


CANTO DE ENTRADA Y PROCESIÓN

Este es el día en que actuó el Señor
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno
porque es eterna su misericordia: Aleluya! Aleluya!

Abridme las puertas del triunfo,
y estraré para dar gracias al Señor.
Ésta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella
Yo no he de morir, yo viviré
para contar las hazañas del Señor.



ACTO PENITENCIAL


Hoy es un día especialmente propicio para hacer como Acto Penitencial el rito de la Bendición y Aspersión del agua

Sacerdote:

Invoquemos, hermanas y hermanos, a Dios Padre,
para que bendiga esta agua,
que va a ser derramada sobre nosotros en memoria de nuestro bautismo,
y pidámosle que nos renueve interiormente,
para que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos recibido.


Instantes de oración en silencio


Dios de bondad y de misericordia,
que por medio del agua,
fuente de vida y medio de purificación,
quisiste limpiarnos del pecado
y darnos el don de la vida eterna;


dígnate bendecir (+) esta agua,
para que sea signo de tu protección
en este día consagrado a ti, Señor.


Por medio de esta agua,
renueva también en nosotros la fuente viva de tu gracia,
y líbranos de todo mal,
para que siempre vivamos con el corazón limpio
y recibamos dignamente tu salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

El sacerdote toma el hisopo, se rocía a sí mismo y, luego, rocía a la Asamblea. Mientras tanto, se entona un canto apropiado.

Un solo Señor, una sola fe, un solo Bautismo,
un solo Dios y Padre.

Llamados a formar un solo cuerpo
en un mismo Espíritu. Cantamos y proclamamos:

† Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado
y, por la celebración de esta eucaristía,
nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Amén.



MONICIÓN A LAS LECTURAS

El profeta Isaías invita a mirar al siervo elegido por Dios, que traerá el derecho y la justicia a las naciones. Su misión es liberar, sacar de la esclavitud, abrir los ojos del ciego, iluminar a todas las naciones.

Estas promesas, que se cumplen con Jesús, tienen su continuidad en nosotros. También nosotros hemos sido hechos hijas e hijos de Dios por el Bautismo, y somos impulsados a continuar su misión liberadora.


Primera Lectura

Lectura del libro del profeta Isaías 55,1-11

Esto dice el Señor:
- Oíd, sedientos todos, acudid por agua,
también los que no tenéis dinero:
venid, comprad trigo, comed sin pagar
vino y leche de balde.

¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta
y el salario en lo que no da hartura?
Escuchadme atentos, y comeréis bien,
saborearéis platos sustanciosos.

Inclinad el oído, venid a mí:
escuchadme y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua,
la promesa que aseguré a David:
a él lo hice mi testigo para los pueblos,
caudillo y soberano de naciones;

tú llamarás a un pueblo desconocido,
un pueblo que no te conocía correrá hacia ti;
por el Señor, tu Dios,
por el Santo de Israel, que te honra.

Buscad al Señor mientras se le encuentra,
invocadlo mientras está cerca;
que el malvado abandone su camino,
y el criminal sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad,
a nuestro Dios, que es rico en perdón.

Mis planes no son vuestros planes,
vuestros caminos no son mis caminos
-oráculo del Señor-:
Como el cielo es más alto que la tierra,
mis caminos son más altos que los vuestros,
mis planes, que vuestros planes.

Como bajan la lluvia y la nieve del cielo,
y no vuelven allá sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan al que come,
así será mi palabra, que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad
y cumplirá mi encargo.


salmo responsorial

Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6

MELODÍA

Él es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré;
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.

Dad gracias al Señor,
invocad su nombre;
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti el santo de Israel».


Segunda Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 5,1-9

Queridos hermanos:
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Aquél que da el ser ama también al que ha nacido de Él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.

¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los testigos: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo. Si aceptamos el testimonio humano, más fuerza tiene el testimonio de Dios. Éste es el testimonio de Dios, un testimonio acerca de su Hijo.


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1,6b-11

En aquel tiempo, proclamaba Juan:
- Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco ni agacharme para desatarle las sandalias.
Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.
Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán.
Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo:

- Tú eres mi Hijo amado, mi preferido.



ORACIÓN DE LOS FIELES

Porque sabemos que Dios Padre siempre nos escucha, nos dirigimos a Él con la confianza y la sencillez de los hijos, diciendo:

¡Muéstranos tu rostro, Señor!

—Por la Iglesia, para que haga del sacramento del Bautismo el inicio de una vida de fe y de entrega cristiana para la construcción de un mundo más justo y sin pobreza. Oremos.

—Por los cristianos, para que seamos consecuentes con el Bautismo que nos incorporó a la Iglesia y trabajemos por el anuncio del Evangelio. Oremos.

—Por los padres cristianos, para que al solicitar el Bautismo para sus hijos lo hagan con responsabilidad y libertad, asumiendo el compromiso de educarlos en la fe. Oremos.

—Por nuestra comunidad parroquial, para que todos los bautizados se sientan acogidos y respetados, superando todas las diferencias que nos separan. Oremos.

† Acoge, Señor, nuestra oración y danos tu Espíritu para que vivamos cumpliendo siempre y en todo tu voluntad. Por Jesucristo.


Comunión

Oh, Señor, yo no soy digno/a
de que entres en mi morada,
mas di una sola palabra
y mi alma quedará sana.


Avisos