Moniciones-CICLO "B"-

sábado, agosto 05, 2006

06 de AGOSTO

LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR (06/08)

MONICIÓN INICIAL
Buenos días a todos. Nos disponemos a celebrar la Eucaristía en este día 6 de agosto, que, desde hace tiempo, la Iglesia ha designado para rememorar la Transfiguración del Señor. Esta fiesta está por encima de la dominical.
Jesús se dispone a emprender el camino de subida Jerusalén; se acerca la hora de su pasión, muerte y resurrección. Y parece que quiere fortalecer la fe de sus discípulos. Tomará a los más allegados y les manifestará su gloria en el monte Tabor.
Que esta fiesta nos lleve a renovar y fortalecer nuestra fe en Jesús para afianzarnos en su seguimiento y en el testimonio.

Canto de entrada


Rtito penitencial
Al comienzo de nuestra celebración, en presencia de Dios Padre, pedimos perdón:
- Tú, Señor, que sales al encuentro del que practica la justicia y sigue tus caminos. Señor, ten piedad.
- Tú, Señor, que nos llamas a participar de la vida de tu Hijo y nos mantienes firmes hasta el final. Cristo, ten piedad.
- Tú, Señor, que nos llamas a contemplar la grandeza de Jesús en la vida de cada día. Señor, ten piedad.
Oración: Míranos, Señor, y haz que abandonando nuestra vida de limitación vivamos abiertos a tu Amor. Por nuestro Señor.

Dan 7, 9-10. 13-14:
En la visión de Daniel los justos son convocados por el mismo Dios y juzgan las obras de los hombres, recogidas desde siempre en los libros que ahora son abiertos. El hijo del hombre hace referencia al mismo Jesús que nos trae el Reino de Dios y da sentido y plenitud a todo lo que somos y conocemos.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 96)
R/. El Señor reina, altísimo sobre toda la tierra.

2 Pe 1, 16-19:
Todos hemos recibido la fe como un Don del Padre, y también nos apoyamos en el testimonio de los primeros discípulos, en lo que ellos vieron y oyeron y que nos han transmitido. Ellos tuvieron experiencia de Jesús en su vida terrena y en su Presencia Resucitada. No se trata de invenciones fantásticas, sino de testimonio y de fe. Y nosotros queremos, como nos dice la lectura, prestar atención a los testigos de Jesús, el Hijo de Dios.

Mc 9, 28b-36:
Jesús se retira a la montaña para rezar, con algunos amigos más cercanos. Y le contemplan lleno de luz, trasfigurado, como anticipo de lo que verán después de la Resurrección. Pero será por un momento: antes de la Gloria eterna vendrá la Pasión y la Muerte. Por eso no pueden quedarse parados, queriendo atrapar la luz; es preciso reanudar la tarea, pisando tierra llana, en los trabajos diarios. Siempre descubriendo que necesitamos escuchar a Jesús, el Hijo de Dios, presente en medio de la vida. "Aleluia".

ORACIÓN DE LOS FIELES
Pedimos al Padre que atienda nuestra oración y las necesidades del mundo entero. Decimos: ¡Escúchanos, Señor!
- Para que la Iglesia valore y reconozca los carismas de todos los cristianos, ayudando a que crezcan y se desarrollen en el servicio a las personas.
- Para que cuantos viven solos y abandonados puedan encontrar personas amigas que les ayuden a superar sus dificultades. Oremos.
- Para que las dificultades que nacen del anuncio del Evangelio sepamos compartirlas y afrontarlas con entereza. Oremos.
- Para que la sed de paz de nuestro pueblo y de los pueblos en guerra mueva a la apertura de los corazones de todos los ciudadanos y sepan acoger este don de Dios que es la Paz. Oremos.
- Para que nuestra comunidad (parroquial) viva abierta a la llamada permanente de Dios que nos compromete a trabajar por el bien y la paz. Oremos.
Oración: Escúchanos, Señor, y concédenos lo necesario para vivir como Tú nos enseñas en Jesús. Que vive y reina.